Despertando..."

Una noche desperté en una obscuridad amenazadora. Sentia mil ojos mirándome, sentia que caía en un abismo, sentia lo insegura que estaba en ese lugar. Estaba muy segura de que no era mi habitación por lo que sentí un escalofrío en todo mi cuerpo. Comencé a caminar hacia adelante a pesar de que no alcanzaba a ver nada al principio, hasta que en un momento mis ojos se acostumbraron a la obscuridad. Empecé ver sombras a las que acudía pero eran arboles más y más arboles. Ya me sentia cansada de tanto caminar y nada encontrar por lo que me senté en la tierra, no habia terminado de sentarme y escuche voces, vi una luz, y varias sombras. No lo pense dos veces me levante y salí corriendo hacia ellos, ya cuando estaba llegando empecé a caminar cada vez más lento creo que solo por puro instinto. Ya detrás de uno helechos casi en cuclillas para que no me vieran observé lo que estas sombras hacían. Habían cinco sombras y una mujer de extrema belleza en una cama antigua egipcia con bordes de oro y plata. En su cara se reflejaba tristeza, asombro, y una pizca de miedo, las cinco sombras hablaban entre si y la miraban a ella en cada pausa de su extraña conversación. Hablaban en un idioma que no reconocía, ya despues de unos minutos empezaron una especia de ritual alrededor de la luz que en ese momento comenzó a provenir del pecho de la mujer. ¿Cómo era eso posible? Las sombras que gracias a la luz las identifique como hombres de extrema belleza como la mujer, empezaron a cantar y alabar el cuerpo de la mujer que aun se veía igual con la cabeza agachada. Uno de los hombres besó el pie de la mujer y se marcho al bosque que daba de frente a donde yo me encontraba. Otro de los hombres saco una cuchilla de un saco negro que estaba en un estuche, dijo otras palabras más altas casi gritando con los ojos cerrados. En ese momento la mujer alzo la vista y creo que me miraba a mí ya que en su cara se reflejaba la pena, el miedo, el asombro y un poco de interrogación en los ojos. Yo sabía que me miraba por lo que temí que los hombres me vieran si seguían su mirada. Decidí acercarme más solo para ver mejor su expresión, pero cuando seguí acercándome me lleve la más grata sorpresa. En ese mismo instante en que la vi fijo en que le reconocí los rasgos de su cara, su cuerpo, sus ojos, sus expresiones significativas a como yo me sentia, comencé a entender lo que el hombre con la cuchilla gritaba: “despierta tu ser escondido, despierta el poder que en tu cuerpo y mente albergas del que no conoces nada y muchos lo desean. Yo he de detener este trágico fin que nos espera por tu inseguridad de poder”. Gritaba eso una y otra vez pero no le prestaba mucha atencion ya que habia identificado a la mujer, como no pude reconocerla antes. Justo en el momento que iva a abrir la boca pera asegurarme que de verdad esa mujer era yo misma, el hombre subio mas alta la voz y dejo caer el cuchillo luego enterrado en el corazón de la mujer. Al ver esto deje de respirar y camine hacia mi cuerpo casi moribundo, caí de rodilla frente a frente y me toque el corazón a la vez que mi cuerpo frente de mi tambien reaccionaba al movimiento. En mi sentí el liquido caliente correr por mi camisa y cuerpo, yo era ella y tambien me moría pero no sentia dolor. Y ya casi en el momento que moría mi cuerpo me miro a los ojos llenos de lagrimas y sentimiento y me dijo: “despertando de todo estamos las dos, despertando de todo el dolor, despertando seguiremos rumbo al sol, despertando estamos las dos de amor…”