Soledad..."

En el mismo lugar estoy.
En el mismo lugar de siempre.
Donde siempre solo estoy.
Donde nadie viene a verme.

En este cuarto llevo años, lo sé pues me siento más viejo. Sin poder detenerme a pensar de cuando entre en este lugar, te puedo explicar el abismo del comienzo.
Todo comienza por empezar por aparentar, no importa con quien sea siempre lo harás.
No sabes porque
Al tiempo todo te molestará para ti, todo malo será.
Te enojaras con frecuencia y facilidad no importa con quien sea, pero lo retendrás.
Buscaras miles de excusas, buscaras más pretextos, para no decirle a nadie lo que llevas por dentro.
Siempre buscarás el camino más fácil de escapar, que si suicidio, que si enfermedad, que si accidentes y un millón de cosas más.
Pero, ¿sabes qué?
No ayudará, en todos sentidos empeorará.
Herirás a los que amas, sufrirán los que te quieren, te sentirás culpable de cada cosa, pero nunca dirás lo que sientes.
Por miedo a herir a alguien que no lo merezca o que sientas que no es justo que te quejes de algo porque te han dado de lo mejor.
¿O no es así?

Todo empezó desde que soy pequeñito.
No soy de familia grande y rica por lo que muy jovencito me encontre a mí mismo.
Trabajaba a poca edad, mantenía a algún familiar, nunca irresponsable de mis deberes.
No se aun porque me pegaban tanto pero de eso ya, yo he perdonado.
Crecí y crecí hasta que en un adolecente me convertí.
Nunca deje de estudiar, ni de ser todo un Don Juan, pero atrapado me vi.
Despues de un tiempo me sacaron de mi hogar, y me anduvieron para otro lejano lugar.
Con los que vine a vivir, todo empezó muy bien de lo más chulo, pero despues de un tiempo, nada fue como antes.
En esa casa, conocí todo un mundo de sentimientos, malicia, desconfianza, celos, amor, pasión, cariño, odio, repugnancia, dolor, que pegaban fuerte en mis entrañas.
En esa casa conocí a la familia, la madre y señora de la casa Mariela, el señor de la casa Julio, a su hijo unico varón mayor Carlos, y su hija de mi edad Coral.
A simple vista todos parecían tan amigables que no me sentí tan triste de haber sido despojado de mi tierra, de mi familia.
Pasaron meses así con esa tranquilidad, hasta que reinó la confianza, entonces empezaron los deberes excesivo como si yo fuese el unico que viviese allí.
Julio siempre se quejaba de todo, Mariela nunca hacia nada, Carlos siempre en problemas por sus amigos y tomaba excesivamente, y Coral nunca me dirigía la palabra, incluso casi ni me miraba. Como si sintiera odio hacia mí sin yo haberle hecho nada.
Eso pasaba la mayoría del tiempo, me levantaba de la cama temprano, costumbre de mi tierra, recogía la casa que en lo que dormía la hacían un escándalo, la cocina, la sala de estar en fin todo.
Tras eso tenía que preparar el desayuno servirlo y prepararme para la hora de almuerzo, y que no se diga cuando la Señora Mariela invitaba a sus amigas a casa. Me hacía pasar tremendos mal ratos enfrente de ellas.
En pocas palabras yo era su sirviente, el sirviente de toda la familia. Hacia la comida fregaba, limpiaba, lavaba, todo era yo. Todo el pobre Jean.
A todas estas no dejaba de estudiar, en el mismo cole que Coral pero esta siempre mantuvo su distancia.
Así siguieron pasando los meses, y el primer año en esta maldición.
Ya en ese momento de mi vida no le encontraba sentido a nada del mundo todas las noches soñaba con mis padres, mi familia y mi tierra.
Una noche, no muy particular en la que hacia frio me levanté a media noche para buscar otra frisa, pues temblaba de pies a cabeza. Cuando un sonido me llamó la atencion, sonido que provenía del cuarto de Carlos, toque la puerta de su cuarto con sumo cuidado, deprisa y suave por si dormía, abrí la puerta y vi lo que nunca debí haber visto en esa casa, no podia creer lo que acababa de ver. Pues cerré la puerta tan deprisa, pero con cuidado y me dirigí a mi cuarto tratando de no hacer el más leve sonido. No era la gran cosa solo era Carlos pero ¿era el gay?
Wow!
Me acoste en la cama tratando de apartar la mente de esa imagen, pero en ese momento la puerta de mi cuarto se abrió, yo solo le pedía a Dios que no me fuesen a comer el culo a mi tambien. Pero que susto, más bien sorpresa me lleve, cuando una voz dulce y temblorosa dijo mi nombre, la reconocí en un instante a pesar de que nunca hubiese sido tan directa.
Coral estaba en la puerta de mi cuarto, en una bata blanca, temblando de pies a cabeza. Me indico que en su cuarto se escuchaban demasiado fuerte el ruido del cuarto de su hermano y que no encontró otra forma de guardar calor que no fuese durmiendo acurrucada de alguien y ya que su hermano estaba tan ocupado no tuvo más remedio que venir hasta mi. Yo me rehusé por no buscarme problemas pero ella no se dio por vencida, se metió en mi cama de bajo de la frisa y yo sentía como no tenía nada debajo de su bata.
Al sentir eso me voltee para esconder evidencias y ella al parecer se percató no perdió el tiempo, me sonsacó y mas pudo la curiosidad y hormonas. Tuvimos sexo ese fin de semana todas las noches como fieras salvajes. Cuando llegó el lunes con el volvió la Coral que yo conocia bien la distante, y callada.
En el cole sus amigas me miraban de reojo y murmuraban cosas entre sí, no presté atención alguna. Los fines de semana, las vacaciones así fueran de pascua, navidad, o simplemente vacaciones teníamos sexo. Todo hasta que volvimos al cole ese año, según ella se habia cansado de mi, tenia mejores cosas que hacer y más chicos habían por ahí, le conto todo a sus amigas sin emitir ni solo un momento de privacidad, ella solo queria avergonzarme en el cole y lo logró. Era el hazme reír de todo el colegio.
Ya todo indignado y de vuelta a la miseria no faltaba algo más de que Carlos me acusara ante sus padres de que yo le habia pagado a un amigo suyo para que lo sedujera y lo llevara a la cama para luego publicarlo como gay.
Más de esto no pude soportar así que exploté, en el mismo instante en el que veía como Carlos y Coral se tomaban de la mano, con una sonrisa malévola en el rostro.
No sé qué paso no recuerdo muy bien, pero sé que desperte en este maldito lugar.

Este lugar lleno de soledad
Donde hay persona hablando consigo mismas
Donde todo es blanco
Donde todos pasan y no dejan rastro

En este lugar en este maldito lugar
En el que busco respuestas
En el que me encuentro solo
En el que no escucho nada solo mis sollozos

En el que ellos me enviaron solo para librarse de mí
En el lugar que me he sentido más infeliz
En el que las noche y lo dias son eternos
En el que todos cada día te dan por muerto

En el que todos dicen que me encuentro por poco tiempo
En el que nadie viene a visitar
En el que todos los que están parecen menos
En este lugar de pura soledad.