Pecar..."

Cap. 5

Algo Desconocido

--Quieres hacer algo?—
--Depende de que sea lo que quieras hacer—
--Vamos afuera—
--¿!como!?—
--Vamos no temas—
--Pero con esta tormenta?—
--Vamos, sin peligro no es divertido y además no está lloviendo tan fuerte-- dijo con su sonrisa irresistible en los labios que comencé a reír y lo seguí a la puerta. Cuando salimos estaba como él lo habia dicho solo estaba lloviendo con oca corriente de viento. Salimos corriendo, jugamos con el agua que del cielo caía me levantaba por los aires como una bailarina yo que por cierto lo habia practicado de pequeña y el parecía haberlo estudiado tambien porque bajo la lluvia bailamos sin parar. Me llevo a una parte de la casa donde habia un trampolín.
--¡Wao! No me habían dicho de esto—
--jajá pero ahora lo sabes y nos vamos a montar en el – no permití que terminara de hablar y me subí. Hice piruetas él en aire me resbalaba y caía sobre el observando de cerca sus ojos color azul cielo tan hermosos. Seguimos brincando hasta la noche, ambos nos quedamos acostados en el trampolín aun mojándonos, riendo a carcajadas de las caídas que ambos habiamos sufrido en el corto tiempo.
--jajá…ay—
--Perla…-- dijo poniendo su rostro a escasos centímetros del mio
--Si…?—le conteste casi sin aliento
--debemos subirnos ya—
--Aaahh!... si vamos vamos-- no pude evitar ponerme roja ya que él mientras corría hacia la casa halándome por un brazo se iba riendo de mi reacción a su broma. Entramos en la casa y me hizo quedarme en la puerta temblando de frio, pero volvió rapido con una toalla blanca y grande en sus manos.
--¿Me permites secarte o tan siquiera ayudarte?—
--Mmm…-- lo dude –claro porque no? No es nada malo o sí?—
--Claro q no es nada malo gracias-- dijo acercándose con cautela quitándome los zapatos. Comenzo por secarme la cara sin dejar que sus ojos se despegaran de los míos, luego el pelo bajando por mi cuello, me quito el abrigo continuó secándome. Cuando llego a mi cintura por la espalda sonrió me entrego la toalla y se retiro hacia la obscuridad de la casa. Me quede en un trance increíble pero desperte a tiempo para no caerme al suelo, termine de secarme frente a la puerta. Cuando subí la mirada vi a Caleb en bóxers con una toalla que alborotaba todo su hermoso cabello.
--Dios Caleb!! ¿Qué haces? No vez que estoy aquí?—
--Claro pero me puedo resfriar , sabes te aconsejo lo mismo—
--No, como crees?—
--Bueno pues siéntate conmigo aun no tengo sueño, te quedas conmigo?—
--Claro pero déjame ir a mi habitación para cambiarme—
--No por favor-- dijo pegándose a mí tan cerca que sentia su respiración sobre mí. Perdi la noción del tiempo, mi cabeza dio una y mil vueltas no sé porque su simple presencia tan cerca de mí me volvía loca.
--Perla yo no quiero que pienses mal de mí pero…-- no deje que terminara y esta vez yo tome la iniciativa, lo besé no pude aguantar más el no me rechazo lo que me alivio mucho. Sus labios carnosos y calientes junto con los míos que le faltaban calor, su lengua un éxtasis exquisito que jugaba con la mía y recorría mis labios una y otra vez, mordía sus labios suave y delicadamente como si se fuesen a romper sus suspiros mezclados con los míos hasta que…
Un trueno muy fuerte nos hizo saltar a ambos del susto.
--jajá— reímos a coro. Nos sentamos en la alfombra del cuarto privado que cubría la mayoría de la habitación y en un momento comencé a estornudar.
--Vez lo que te dije?—
--Mjm… me ayudas?—
--Claro-- comenzo a ayudarme, me desnudaba lentamente primero me quito la camisa e iba besando donde esta dejaba de cubrir mi piel mis hombros, mi pecho, mis senos, mi barriga, mi ombligo, mi cintura, mi espalda. Me quite los pantalones y me acoste en su regazo, el acariciaba mi rostro y mi cintura. Ambos estábamos en ropa interior mirándonos a los ojos. Caleb abrió la boca para decir algo pero yo con mis labios los callé.
--Perdón que ibas a decir?—
--Te iba a preguntar si tú crees que me deseas como yo a ti? Porque te deseo tanto que no sé ni cómo empezar a…--
-- ya no digas mas igual me siento yo -- no sabia porque o que droga tenía yo encima deseaba Caleb como habia deseado a Ariel y Will.

Caleb comenzó a besarme sentí algo desconocido que recorría mi espina dorsal la hacía vibrar, me apreté sobre su pecho. Ambos nos quitamos lo que nos quedaba de ropa y ya a punto de comenzar.
--¿Estas segura?—
--Claro Caleb te deseo, deseo ser tuya y tú mio—
En ese momento me beso mientras sentia como su calentura entraba en mi cuerpo y se hacía parte de mí ser, besándonos, arañándonos, mientras me embestía cada vez con más fuerza y rapidez. Llegado el clímax de este hermoso encuentro sentí como todo su ser recorría mi interior. Nos quedamos mirándonos y besándonos suavemente. La pasión era tanta que volvimos a demostrarnos el mismo cariño haciendo el amor por segunda vez con tanta delicadeza. Nos bañamos juntos sin dejar de besarnos, para que luego el me acompañara a la puerta de mi habitación y dirigirse a la de él.